Claves para un buen retrato

El buen retrato busca captar no sólo el rostro o la constitución de alguien, sino también algo de su esencia, su expresión, su carácter. Y para ello no hay reglas mágicas, pero algo que puede ayudar es romper el hielo con el modelo. Sin importar que la persona sea agraciada o no, joven o mayor, lo que le permitirá ser natural y mostrar una expresión que valga la pena será el hecho de que se sienta cómoda. Así que es importantísimo crear un buen ambiente, charlar con la persona y lograr que se despreocupe de la cámara. Incluso pueden tomarse fotografías mientras esta conversa y gesticula al hablar, especialmente cuando se trata de alguien que de por sí es tímido o poco expresivo.
Retrato Robert Lubansky Pero por muy cómodo que se sienta el modelo, no podrá obsequiarnos una expresión entrañable  si debe esforzarse por mantener sus ojos abiertos a causa de la luz. Algo tan simple como esto es o que suele tensar en gran manera los músculos del rostro, causando que la postura de los músculos del rostro deje de ser natural. En un estudio profesional, esto puede resolverse al evitar que la luz incida directamente sobre la persona. Y en medios más caseros, el uso de la luz solar puede solucionar este y otros problemas relacionados también con las sombras y la naturalidad de los rostros: sobre todo la luz del final del día.

Y para entrenarnos en esto de captar la expresividad de una persona, no podemos dejar el asunto relegado a una cita concertada. Es necesario ganar práctica capturando retratos diariamente. La vida cotidiana suele ofrecernos momentos sencillos que aún así pueden resultar ideales para la captura.

 

Tal como decíamos, no hay reglas mágicas. Una vez que se han incorporado los procedimientos técnicos que aseguren la calidad de foto, la idea es poder "sacar" algo de la persona y lograr que su retrato sea cautivador.

 

A continuación enumero varios consejos para mejorar nuestros retratos:

1.- Crear un buen ambiente. El modelo debe encontrarse cómodo y para ello podemos mantener una conversación jocosa, incluso gastar alguna broma. Nuestro objetivo debe ser romper el hielo y que el modelo olvide a la cámara.

 

2.- Utilizar una óptica idónea. Un objetivo interesante para el retrato es el 85-135mm, es decir, un teleobjetivo medio.

Cuidado con las longitudes focales grandes (angulares), porque distorsionan los rostros si el sujeto se encuentra muy cerca o la cámara está inclinada.

 

3.- No olvidarnos del fondo. El fondo también importa. Procura localizar fondos neutros y, si es posible, desenfócalos. Nuestro objetivo es evitar los fondos confusos que quiten protagonismo al sujeto.

 

4.- Maquillaje. Sombras de ojos, rímel en las pestañas, polvos de base para evitar brillos en la piel y brillo de labios suelen mejorar los retratos femeninos.

 

5.- La luz. La disposición básica de iluminación en estudio implica dos luces: una luz principal ( a la izquierda de la cámara a unos 45º) y una luz secundaria menos intensa que suaviza las sombras (a la derecha a unos 45º de la cámara).
Un esquema con el que se obtienen resultados más glamorosos que con el esquema anterior (45º/45º) es con un reflector con paraguas sobre la cámara y otro de relleno a la derecha.

No hay que olvidar que con la luz natural podemos obtener resultados sorprendentes. La luz proporcionada por el Sol al final del día es muy apropiada.

Otra recomendable fuente de iluminación natural son las ventanas. Podemos colocar a nuestros sujetos cerca de la ventana, y utilizar una cartulina blanca como reflector de relleno.

 

6.- La altura de la cámara. Generalmente la mejor altura a la que debemos obtener los retratos nos la marcará la altura de los ojos de nuestros protagonistas. Os recomiendo que hagáis una prueba: sacar tres fotos, una con la cámara a nivel de los ojos del sujeto, otra por encima y otra por debajo. Veréis la diferencia.

 

7.- El encuadre. Podemos utilizar los siguientes:

1. Primerísimo plano. Parte del rostro.
2. Primer plano. El rostro ocupa la totalidad de la imagen.
3. Plano medio. Rostro, hombros y pecho, hasta codos.
4. Plano americano. De la rodilla hacia arriba.
5. Plano general. Vista completa del sujeto y parte de su entorno

La forma en que miramos – Los planos fotográficos

Existe en el mundo fotográfico una escala de planos, cada uno con sus particularidades, que se suelen regular en función del ángulo de cobertura que tienen. Estos planos abarcan desde los más abiertos, con un ángulo de cobertura más grande, llamados planos generales, hasta los más cerrados, con un ángulo de abertura pequeño, denominados primeros planos. Por regla general, esta escala de planos se empareja con las longitudes focales del objetivo, de forma que los planos generales suelen aparecer al usar angulares y los primeros planos aparecen, normalmente, al emplear distancias focales largas. No obstante, estas pautas son fácilmente quebrantables. Por ejemplo, un paisaje puede ser tomado con un teleobjetivo, si nos alejamos lo suficiente, y un primer plano puede ser fotografiado con un ojo de pez, si estamos lo bastante cerca.

 

Apuntando desde lejos: Planos generales

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Los planos largos – los generales – son los que ofrecen un mayor ángulo de cobertura de la escena. Su función es poner sobre la mesa una situación en que lo importante es la escena en su conjunto y no un detalle en particular. Es el caso, por ejemplo, de los paisajes. Estos planos tienen un sentido descriptivo que permite dar una referencia global de la escena o presentar una idea de la situación geográfica. Hay que tener en cuenta que el espacio físico de la escena tiene tanto que ver con el tipo de plano como con el tamaño físico del motivo de referencia; de esta forma, un plano general puede aparecer tanto en una idílica pradera neozelandesa – si nos fijamos en una persona – como en la más oscura de las alcantarillas – si nos fijamos en una cucaracha.

Los grandes planos generales sirven de perfecta introducción a una secuencia de escenas. No sólo enmarcan la historia en una zona geográfica, sino que dan algunos indicios de lo que encontraremos en tomas posteriores (pueblo pequeño y aislado, casas bajas, montañas… El conjunto parece sugerirnos la idea de turismo rural).

Los tres tipos de planos generales son los siguientes: el gran plano general, el plano general y el plano general conjunto. La línea que separa un plano del otro es muy difusa, de forma que cada plano puede ser nombrado como plano largo o corto cuando no tengamos la certeza de haber sobrepasado el umbral que los separa.

 

Por partes

El gran plano general es el que, en teoría, mas ángulo de cobertura presenta. Se usa principalmente para dar la referencia del lugar en el que nos encontramos. Así, por ejemplo, en una serie de fotografías que ilustran una población, los grandes planos generales se usarían en las primeras imágenes para explicar sin palabras dónde estamos, qué tipo de terreno existe en la zona, qué ambiente se respira, etc.

En la parte central de esta escala de planos, encontramos los planos medios. Este tipo de planos son los que en cine se llaman "de diálogo". Sólo suelen mostrar a un sujeto y centran la atención del espectador sobre él. Escapan del entorno y no dan apenas detalles de la situación contextual, pero se empiezan a apreciar indicios de el estado emocional -por la posición de los brazos o los gestos que se intuyen en la fotografía. Hay dos tipos de planos intermedios: el plano americano y el plano medio.

 

Plano americano, del oeste a la fotografía

El plano americano corta al sujeto por encima de las rodillas. Tiene su origen con las películas del oeste, y no fue hasta entonces cuando se comenzó a hablar de este plano como tal. Apareció porque se requería un tipo de plano medio que capturase al sujeto con desperdicio del fondo pero que permitiese ver el desenfunde del revolver. Este plano no es demasiado común, pues nuestro cerebro inconscientemente no reconoce el corte sobre las rodillas como algo natural, por lo que es bastante normal que algo no encaje en las tomas de este tipo. Si queremos ajustar la imagen, podremos utilizar este plano para capturar a dos sujetos, pero en este caso el fondo quedará totalmente tapado y es posible que la escena quede repleta de personas. La orientación natural de este plano es vertical.

El desenfoque del fondo tiene especial importancia en el plano americano. Dándole un alto nivel de nitidez, buscamos no perder la referencia del entorno en el que se sitúa el personaje sin que éste pierda su papel predominante.

 

El otro tipo de plano intermedio es el plano medio. Como su nombre indica, es el plano intermedio por excelencia, y empieza a ser considerado un plano de retrato. Con este tipo de plano, cedemos más importancia todavía a los aspectos emocionales del sujeto. En esta ocasión cortamos a los personajes por encima de la cintura. En este plano influirá el hecho de hacer la fotografía en formato vertical u horizontal. Eligiendo el primer caso, el personaje ocupará la gran mayoría de la escena y el fondo pasará desapercibido -comienza a ser útil aplicar un desenfoque al fondo a partir de este punto.

 

Si elegimos un encuadre horizontal, entrará en juego el aire, puesto que el sujeto en si ocupará algo menos de la mitad de la escena. Así, en este caso existen múltiples factores a tener en cuenta: el fondo puede no estar desenfocado según el protagonismo que queramos darle al sujeto; también tendremos en cuenta la posición del personaje, procurando escapar de planos totalmente frontales, buscando posiciones en ángulo respecto a la cámara en función de la disposición del aire de la toma y una participación relevante de los brazos.

 

Enfocando cerca: primeros planos

Los primeros planos son aquellos que centran totalmente su atención en el sujeto. Llevan una gran carga emotiva y son perfectos para capturar los sentimientos que, utilizando planos más largos, pasarían desapercibidos. Contamos con tres tipos: el primer plano, el primerísimo primer plano y el plano detalle.

 

El primer plano es el perfecto para el retrato del rostro. Agranda el detalle y miniaturiza el conjunto de la escena, eliminando de una vez por todas la importancia del fondo. Es tremendamente útil recurrir a encuadres verticales, reservando los horizontales para cuando tomemos imágenes en las que el rostro se acompaña con gestos de las manos o queramos jugar con el aire de la imagen.

El retrato es el primer plano por excelencia. Cedemos toda la importancia de la toma al rostro y utilizamos un desenfoque para eliminar los vestigios de protagonismo que le quedan al fondo.

 

El primerísimo primer plano tiene un enorme impacto visual. Está muy ligado a la emotividad y permite centrar la mirada en un pequeño fragmento de la realidad. Los detalles se capturan con especial facilidad, y cualquier pequeño error aparecerá magnificado, lo cual puede inutilizar por completo nuestra toma. Este tipo de planos suele eludir el fondo -omitiéndolo totalmente, incluso- por lo que la elección de un encuadre horizontal o vertical dependerá casi en exclusividad del fotógrafo.

 

El plano detalle es el plano más cercano. Como ocurría con otro tipo de planos, el contexto de la escena definirá que se trate de un plano detalle o no. De esta forma, una imagen de la torre Eiffel puede ser un primer plano de la torre o un plano detalle de la ciudad. Este tipo de planos son difíciles de emplear con acierto, ya que pueden confundir al espectador al no dar referencia alguna ni del entorno ni, siquiera, del propio sujeto. Los detalles se agrandan al máximo y la carga emocional alcanza su punto álgido.

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RESUMIENDO

 

Plano entero (PE): también conocido como Plano Figura, encuadra la figura entera del personaje a fotografiar, desde los pies a la cabeza.

Tres cuartos o Plano americano (PA): también denominado 3/4 (tres cuartos) o plano medio largo, recorta la figura por la rodilla aproximadamente. Es ideal para encuadrar en la fotografía a varias personas interactuando.

Plano medio (PM):
recorta el cuerpo en la fotografía a la altura de la cintura. Es la distancia adecuada para mostrar la realidad entre dos sujetos, como en el caso de las entrevistas.

Busto o Plano medio corto (PMC):
captaría el cuerpo desde la cabeza hasta la mitad del pecho. Este plano nos permite aislar en la fotografía una sola figura dentro de un recuadro, descontextualizándola de su entorno para concentrar en ella la máxima atención.
Primer plano (PP): recogería el rostro y los hombros. Este tipo de plano, al igual que el Plano detalle y el Primerísimo primer plano, se corresponde con una distancia íntima, ya que sirve para mostrar confidencia e intimidad respecto al personaje.

Primerísimo primer plano (PPP):
capta el rostro desde la base del mentón hasta la punta de su cabeza. También dota de gran significado a la imagen.

Plano detalle (PD):
recoge una pequeña parte de un cuerpo u objeto. En esta parte se concentra la máxima capacidad expresiva, y los gestos se intensifican por la distancia tan mínima entre cámara y sujeto/objeto. Sirve para enfatizar algún elemento de esa realidad.

Cual es el objetivo adecuado para retratos?

Las focales más empleadas en fotografía de retrato son focales normales (35-50 mm) o incluso "teles" (>70 mm), descartando gran angulares y súper gran angulares por la distorsión, poco deseable en retrato, que producen sobre el sujeto fotografiado.
A la hora de elegir entre objetivos normales y teleobjetivos, basta decir que los primeros proporcionan un campo de visión más cercano al que tiene el ser humano, mientras que los segundos ofrecen la posibilidad al fotógrafo de distanciarse más del objeto fotografiado y lograr tomas más naturales. canon ef 50mm f1.8
Por último, una de las características más demandadas en un objetivo que vaya a emplearse en fotografía de retrato será, sin duda, su luminosidad, es decir, su máxima apertura de diafragma.
En los retratos es común reducir al máximo la profundidad de campo a través de una gran apertura de diafragma, para así centrar la atención en el sujeto retratado. Por tanto, cuanto más luminoso sea un objetivo, mayores posibilidades le dará al fotógrafo para "trabajar" con la profundidad de campo.
Un objetivo que tradicionalmente ha venido asociado a la fotografía de retrato ha sido el objetivo de focal fija de 50mm, que por su distancia focal y, sobre todo, por su gran luminosidad, al tratarse de una lente de focal fija, ofrece magníficos resultados a los que cuentan con él.