Utilidades que permiten ver miniaturas de archivos RAW de Canon y Nikon

CanonnikonEs sabido las ventajas de trabajar con archivos de tipo RAW en nuestras cámaras, tanto sea por guardar mucha mas información que la que puede ofrecer un JPG convencional, ofreciendo mayores niveles y latitudes de exposición, permitiendo recuperar áreas sobrexpuestas, saturar colores o simplemente procesar las imágenes con mayor comodidad en tu programa de revelado favorito.

 

Pero uno de los inconvenientes mayores de la fotografía RAW es que los sistemas operativos tradicionales no muestran la miniatura de la imagen, reconociéndolos como archivos genéricos y ofreciendo un simple icono común. Esto genera la inconveniencia de que no se puede tener una vista de las imágenes y te obliga a abrir el editor o visor de imágenes si estas buscando una imagen en particular.

 

Por el lado de Nikon Nikon y en conjunto con Microsoft han desarrollado una integración para Windows que permite tratar los archivos .NEF como si se trataran de JPGs convencionales. Esta especie de plug-in para el sistema operativo permite que se rendericen las miniaturas de los archivos RAW y mostrarlas en el Explorador. Además, como extra le agrega al visor de imágenes la capacidad de ver estos archivos a tamaño completo, sin necesidad de un programa extra.

Puedes descargar este agregado desde Nikon.com; pesa 36mb y ofrece soporte para XP, Vista y

7.

 

He aquí los links de ambos plug-ins:

Nikon

 

Canon

Porqué RAW y no JPG?

Un archivo RAW contiene toda la información posible captada por el sensor, todo lo que la cámara es capaz de entregar. Aquí no hay truco. Podemos editar y reeditar la foto tantas veces como consideremos necesario sin que se produzca una pérdida de información. Disponemos de todos los datos necesarios para conseguir la mejor calidad de imagen posible.

Nikon D70Selección del formato RAW en la Canon 70D

 

En RAW el balance de blancos no está prefijado, sino que se trata simplemente de una etiqueta en la cabecera del fichero que indica al revelador la temperatura de color usada en el momento en que captamos la imagen. No se han tocado los datos relacionados con este parámetro, por lo que es posible modificar o corregir a nuestro antojo el balance de blancos e incluso dar rienda suelta a nuestra creatividad.

 

El "demosaicing" o la interpolación de la información del color no la realiza automáticamente la cámara, sino el revelador RAW en el momento de abrir la imagen. Dado que el procesador de nuestro ordenador es muy superior al que lleva la cámara, esta tarea no sólo se realiza con mayor agilidad, sino que también es mejor y más sofisticada la interpretación del algoritmo que acaba conformando la imagen en color.

 

Cuando se hace un disparo con una cámara digital, cada una de las celdas de su sensor convierte la luz que recibe en un valor que luego forma el archivo digital. Los formatos JPG y TIF tienen una "profundidad de color" de 8 bits, o lo que es lo mismo, 256 colores por canal. El formato RAW puede tener 10, 12, 14 o 16 bits por canal, describiendo una cantidad muchíísimo mayor de colores del orden de varios miles de colores por píxel y por canal.

Adobe_CameraRaw_converter Adobe Camera Raw, interfaz para abrir archivos RAW

 

Esta enorme diferencia hace que, cuando disparamos en JPEG, una tercera parte de la información capturada por el sensor se pierde. Un efecto que puede apreciarse sobre todo en las zonas más oscuras de la imagen. Allí donde un archivo RAW es capaz de almacenar 128 niveles, el JPEG se queda en sólo 20, y con mayores posibilidades de sufrir problemas de "posterización".

 

Aunque parezca una locura y todos lo hagamos, en realidad un JPEG está concebido como un archivo final que no debería ser procesado. De hecho, toda edición que hagamos sobre un JPEG será destructiva. El RAW, al contrario, es mucho más flexible e incluso nos permite trabajar con imágenes a 16 bits (una vez extraído el archivo del revelador), gozando así de 65.536 niveles con los que dar rienda suelta a nuestra imaginación.

 

Con el formato JPEG sólo disponemos de dos espacios de color con los que trabajar, normalmente sRGB y AdobeRGB. En RAW, podemos trabajar la imagen con espacios de color más desconocidos pero mucho más amplios. Por ejemplo, el espacio ProPhoto RGB puede abarcar todos los colores que es capaz de capturar el sensor.

 

¿No sería interesante disfrutar de libertad total a la hora de enfocar nuestras imágenes? A diferencia de los JPEG que ya salen de la cámara con máscara de enfoque aplicada, en un archivo RAW somos nosotros quienes decidimos cuánta máscara queremos y de qué manera. Es posible, por ejemplo, que en un retrato no nos interese enfocar la imagen o que queramos hacerlo sólo en zonas concretas, como los ojos o el pelo. En un paisaje, por el contrario, lo normal es que queramos obtener un resultado totalmente nítido.

 

La exposición es, sin duda, otra razón de peso. En un archivo RAW la podemos ajustar de forma más precisa después de la toma, y siempre dentro de unos límites razonables, sin que se produzca una pérdida de calidad. También podemos trabajar con distintas exposiciones en algunas zonas de la imagen para optimizar así la información tanto en las luces altas como en las sombras.

dpp Canon Digital Photo Professional

 

¿Nos gusta cómo combate nuestra cámara la presencia de ruido en las imágenes? No nos conformemos. Trabajando en RAW no sólo es posible mejorar el nivel de ruido, sino también controlar de forma precisa la cantidad de ruido y nitidez que queremos que luzca nuestra obra.

Gestión de color – Desde la toma a la copia (I)

Hoy hablaremos sobre algo muy importante y que mucha gente desconoce y luego no se explica por qué hay tantas diferencias entre cómo ven las fotos en la pantalla y como salen las copias en papel. Para entender esto tendremos que hablar de Gestión de color.

La gestión de color es el sistema para mantener y preveer, con unos márgenes tolerables, las propiedades de una imagen desde la entrada (toma) pasando por la visualización (pantalla) y llegando a la salida (impresión).

gestion de color Todos los dispositivos de captación, visualización e impresión que se dediquen a reproducir imágenes con precisión deben estar calibrados y usar un perfil personalizado.

 

La calibración es un proceso de ajuste del dispositivo para que este represente las imágenes de la forma más neutra posible y sacando la máxima gama de densidad posible.

A partir de una calibración precisa conseguiremos un punto de partida a partir del cual podremos realizar la generación de su perfil.

 

El perfil es un archivo que describe el comportamiento del dispositivo, en las condiciones de la luz, tintas, papel, etc., indicando cuales son las características de reproducción del color, y los límites que este puede representar.

 

El proceso de perfilado analiza los valores de color que representa el dispositivo, a través de unas muestras de color y densidad, y los relaciona con los que teóricamente debería representar, describiendo el comportamiento de este dispositivo.

 

El perfil describe  el comportamiento del dispositivo en el momento de su creación. Si varía la calibración, ajuste, comportamiento o condiciones en las que se creó, el perfil ya no es valido, porque deja de ser preciso.

 

Un correcto proceso de calibrado y perfilado garantiza el mejor comportamiento del dispositivo. Lo que no significa que dos dispositivos del mismo tipo se comporten exactamente igual.

La finalidad es que la reproducción de las imágenes sea de la forma más fiel posible y representando la máxima gama del espectro.

 

Empecemos por la cámara – sRGB o Adobe RGB?

Una de las dudas más habituales cuando alguien empieza a usar una cámara un poco avanzada es acerca de que espacio de color utilizar. La mayoría de las compactas no plantean esa duda, pero en las cámaras más sofisticadas y en las reflex, podemos optar por trabajar en AdobeRGB o en sRGB.
El espacio de color viene a ser como la paleta de que dispone el pintor para pintar su cuadro.

 

Dependiendo de que colores tenga se podrán representar mejor o peor las escenas. No se trata, como a veces se lee, de cantidad de colores, pues todos tienen la misma cantidad (16,7 millones cuando trabajamos con 8 bits por color), sino de como están distribuidos.

 

Los dos perfiles son perfiles RGB, por lo tanto, representan valores del mismo espacio de color, que en cualquier caso, serán valores dependientes del dispositivo que los reproduzca, por ejemplo, cualquier valor RGB será representado de manera diferente en diferentes monitores.

espacios de color

Imagen 1

 

Si representamos los dos perfiles en un espacio LAB como el de la Imagen 1 (independiente del dispositivo) se puede observar que el perfil de Adobe abarca mayor gama cromática que el sRGB, por lo tanto, siempre será recomendable disparar con perfil de Adobe, independientemente del destino de la fotografía (monitor, impresión, o el que sea).

 

 

Respecto a si a la hora de “revelar” un RAW, este no guarda el perfil de color que tú has puesto en la cámara ni prácticamente ningún ajuste más. Cuando procesas el RAW y lo exportas en Lightroom o Photoshop es entonces cuando le aplicas el perfil de color.

 

Es mejor usar 8 bits o 16?, intentaré explicar cuales son las diferencias y cada uno que tome sus decisiones, una imagen en 8 bits (jpeg o tiff) significa que tiene 256 niveles de luminosidad para cada color, es decir, de cada tono, tendremos una escala de 0 a 255. Sin embargo, usando 16 bits, esta escala se amplia hasta 256 al cuadrado, es decir 65.536 niveles, por lo tanto, cualquier degradado tendrá mas "pasos" donde poder retocar.

 

Todo el tema de gestión de color es bastante complejo y recien vimos un tercio de la historia…