Evgen Bavcar – El fotógrafo ciego

evgen Evgen Bavcar nació en un pueblo esloveno en 1946 y a la edad de 12 años, tras dos accidentes consecutivos, pierde su vista, y toma su primer fotografia a la edad de 16 años, para retratar a la mujer de la que estaba enamorado. El método que emplea para realizar las tomas, es colocar la cámara a la altura de su boca y saca la fotografía guiándose por las voces de los retratados.

Su estilo fotográfico, se asemeja al célebre Man Ray, al considerar la fotografía como “una forma sintética del lenguaje pictórico“, como señala el mismo artista. También considera su producción como orientada al tercer ojo, que le permite representar el mundo visible (real) con el invisible (oscuridad, sombras, sinónimos de su ceguera).

 

"Soy el grado cero de la fotografía. Digamos que más que un fotógrafo soy un iconógrafo. He conocido a ciegos que también hacen fotografías, pero ninguno de una forma tan reflexiva como yo. Algunos, incluso, la realizan con la esperanza de volver a ver algún día.

Yo fotografío lo que imagino, digamos que soy un poco como Don Quijote. Los originales están en mi cabeza. Se trata de la creación de una imagen mental, y de la huella física que mejor corresponde al trabajo de lo que es imaginado".

 

“El autofoco me ayuda, pero sé valerme por mí mismo. Es sencillo. Las manos miden la distancia y lo demás lo hace el deseo de imagen que hay en mí.

 

Aunque requiere asistencia para producir sus iconos (tradicionalmente, los iconos son representaciones de lo invisible) no es un mero autor intelectual, pues se ocupa incluso de los detalles técnicos más simples. Durante la captura de sus imágenes, el filósofo fotógrafo prefiere ser guiado por niños, y le gusta revisar sus resultados a partir de varias descripciones verbales.

 

Explica: Me siento muy cercano a todos aquellos quienes no consideran la fotografía como una "rebanada" de la realidad, sino como una estructura conceptual, una forma sintética de lenguaje pictórico, de momento incluso como una imagen suprematista. Pienso en Malevich y su cuadrado negro. La dirección que he tomado está más próxima a la de un fotógrafo como Man Ray que a otras formas como el reportaje, que es como disparar una flecha en dirección de un momento fijo.”

 

La producción del fotógrafo ciego demuestra, como insisten Freud y Lacan, que las capacidades de la vista física y la mirada libidinal son bien distintas, que la ceguera física y la ceguera simbólica en modo alguno pueden ser equiparadas, y que lo visible y lo visual no deben ser confundidos. ¿Cuáles son las consecuencias de tal demostración?

 

Si la vista física es una cosa y el deseo de imágenes es otra muy diferente, entonces lo que sorprende no es que un ciego tome fotos sino nuestra propia sorpresa ante tal hecho. Esta sorpresa hace evidente que la ceguera simbólica, en particular la que aflige a aquellos que ven, afecta a los ciegos más que su propia condición física: hay que ver que "deslumbrado", "alucinado", "obsesionado", "turbado", "hipnotizado", "sordo", "insensible" "tapado" y "atascado" son todos sinónimos frecuentes para "ciego" a pesar de que no guardan relación alguna con la incapacidad ocular.

escalones

Puesto que lo visible y lo visual son bien distintos, no hay razón para que los ciegos no produzcan imágenes, fotográficas y no fotográficas. En particular, porque ya las consumen. Donde existen, los institutos para ciegos pueden, y deben, promover la práctica de la fotografía y otras artes visuales por razones educativas, artísticas, terapéuticas—y también estratégicas: la creación de imágenes torna a los ciegos más "visibles" para los videntes, una consideración nada desdeñable en la lucha simbólica enfrentada por no menos del 1% de la población mundial.

Inversamente, las escuelas de fotografía, cine, arte y diseño harían bien en instituir formas de colaboración con ciegos a fin de hacer el campo visual más inteligible para aquellos que ven. En su ilusoria infinitud, la experiencia de la visión es estructuralmente idiota: los videntes permanecen profundamente ciegos ante su propia ceguera, y la interacción con los físicamente ciegos es el antídoto natural para esta condición crónica. Hay pocas experiencias tan visualmente iluminadoras como la descripción o composición de imágenes para, y con, un ciego.

 

Freud propone que la ceguera es un substituto simbólico de la castración. También sugiere que la castración es el factor determinante en la formación subjetiva y el proceso global de la civilización. En tal caso, la naturaleza de toda formación cultural en general puede calibrarse sobre la base de la relación que mantiene con la ceguera y lo invisible. La amplitud y la profundidad de las cuestiones estéticas, críticas, educativas, psicoanalíticas, filosóficas, antropológicas, históricas y políticas movilizadas por el trabajo de Bavcar sugiere que efectivamente es así.

 

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Autor: Albert

Fotógrafo profesional, diseñador web

Un comentario en “Evgen Bavcar – El fotógrafo ciego”

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